Nos trasladamos al casco histórico de Bailén, un enclave consolidado por viviendas populares y tradicionales, donde los aleros, herrajes, madera y piedra evocan un paisaje arquitectónico congelado en el tiempo. El edificio original, muy deteriorado y sin posibilidad de adaptación, requirió una demolición completa, conservando únicamente la fachada principal y el volumen exento trasero. Esta intervención permitió construir un nuevo volumen interno, preservando la identidad, esencia y huella histórica del inmueble.
La decisión de mantener la fachada respondió a una premisa clave del cliente, quien consideraba inapropiado introducir un lenguaje excesivamente moderno en este contexto tan arraigado. Por ello, reinterpretamos la arquitectura tradicional del entorno con una mirada contemporánea, logrando una vivienda que se integra armónicamente en su contexto y, al mismo tiempo, es fiel a su momento histórico.
La fachada, con ligeros ajustes en la disposición de huecos, respeta las proporciones, materialidad y tonalidades de la arquitectura original, manteniendo el diálogo con el entorno. Mientras el exterior se rige por los ritmos propios de la arquitectura tradicional, el interior adopta un lenguaje contemporáneo que gira en torno al verdadero protagonista del proyecto: el patio central. Este espacio articula y da vida al interior de la vivienda, generando un contraste enriquecedor entre la memoria histórica del exterior y la modernidad del diseño interior.
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