El proyecto se plantea como la inserción de una pastilla maciza bicolor en el corazón de la parcela, un volumen sólido cuyos límites están determinados por las condiciones impuestas por la normativa del Plan General de Ordenación Urbana. Este enfoque genera la extrusión de una pieza única y contundente, estratégicamente ubicada en el centro, que organiza el espacio dividiendo la parcela en dos vacíos privados: dos áreas exteriores que nutren y enriquecen la experiencia de vida dentro de la vivienda.
La envolvente externa se fragmenta en dos mitades, formando un dúo armónico que da origen a la idea principal del proyecto: una pastilla bicolor. Cada mitad es un reflejo inverso de la otra, donde la prolongación de un elemento de una de las partes encuentra su complemento en la otra, creando una interacción simétrica y equilibrada. Este juego de dualidades evoca el concepto del Ying y el Yang, representando la unión de opuestos en perfecta armonía.
Las prolongaciones opuestas de los dos colores generan una conexión dinámica entre ambas mitades, un abrazo arquitectónico que da como resultado una composición entrelazada y única. Este entrelazado no solo une las dos partes, sino que también refuerza el concepto de equilibrio, formando un “puzzle” integrado que define la esencia del proyecto.
El resultado es una vivienda que no solo aprovecha al máximo los condicionantes del entorno y la normativa, sino que también establece un diálogo visual y conceptual, donde la bicoloridad y la simetría crean una experiencia arquitectónica única y contemporánea, insertada con precisión en el centro de la parcela.
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